Ajedrez Jubilado

Según nos cuenta Néstor Quadri en su blog Ajedrez Jubilado, esta modalidad surgió a finales del siglo XX en Buenos Aires (Argentina). En la sala de juego ubicada bajo la confitería Richmond de la calle Florida, uno de los asiduos jugadores, en las partidas blitz a cinco minutos por jugador, siempre jugaba variantes de apertura en las que su objetivo era cambiar piezas y más piezas hasta llegar a un final de peones o de peones y torres y aunque su posición, a veces, fuese inferior, terminaba ganando merced a su habilidad para jugar  con mayor precisión y rapidez tales finales.

Cierto día los jugadores que se reunían en la sala lo invitaron a jugar partidas a cinco minutos en las que sólo participaran en la batalla inicial los peones y los reyes, surgiendo así el Ajedrez Jubilado. Así pues, como el final de partida se corresponde con el final de nuestras vidas y en ellas disfrutamos de la merecida jubilación, aquellos jugadores decidieron bautizar esa modalidad con ese nombre. 

Así nació esta modalidad en la que las reglas del ajedrez clásico se mantienen con únicamente dos diferencias. La primera es que, como regla general y salvo que se acuerde  otra cosa, es obligatorio coronar una torre al promocionar un peón y la segunda es que al empezar la partida se colocan únicamente los reyes y los peones en su posición normal, dejando fuera del juego a damas, torres, alfiles y caballos. Abajo se muestra la posición inicial.

Una de las ventajas inmediatas de esta modalidad es que nos obliga a estudiar los finales de partida y, por tanto, a mejorar nuestro conocimiento y entendimiento acerca de los mismos.